Museo Universitario del Chopo.
Estructura estilo Jugendstil alemán, prefabricada y desarmable, diseñada por Bruno Möhring destinada como cuarto de máquinas de la metalúrgica Gutehoffnungshütte. Edificio de hierro, tabique prensado y cristal, que en 1902 albergó la Exposición de Arte e Industria Textil, en Düsseldorf, Alemania. Un año después, el empresario mexicano, José Landero y Coss, compro parte de la estructura del edificio original. Una estructura metálica, que al llegar a México volvió a ensamblar, esta ultima función estuvo a cargo del Ingeniero Luis Bacmeister (1901 a 1905), en lo que en ese entonces comenzaba a ser la colonia Santa María la Ribera, en el numero diez de la calle de Chopo hoy Enrique Gonzales Martínez. En 1909, después de que José Laredo y Coss se declarara en quiebra (1905), el edificio paso a manos de la entonces Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, que tenia planeado que la edificación funcionara como el Museo Nacional de Historia Natural. Pero por motivo del Centenario de la Independencia de México la estructura sirvió para albergar el Pabellón Japonés en el que se monto una Exposición de Arte Industrial, adoptando ahora popularmente el nombre de “Pabellón Japonés”. Es hasta el 1 de diciembre que se convierte oficialmente en el Museo de Historia Natural, el primer museo dedicado a las ciencias naturales. El Museo tuvo un crecimiento desproporcionado de 1929 a 1964, siendo en ese año cerrado al publico, transfiriendo parte de sus exhibiciones al Museo de Historia Natural de Chapultepec. En 1972, la UNAM lo rescata y en 1975 inaugura el Museo Universitario del Chopo. El funcionamiento del museo se fue adecuando conforme pasaba el tiempo, en 1977 se anexa a sus instalaciones el Cinematógrafo del Chopo y en 1983, se construyó el Foro del Dinosaurio, 200 m2 de oficinas y salones para impartir talleres. El museo funcionaba bien, pero era un hecho que las necesidades de este rebasaban la estructura, siendo necesaria una rehabilitación y ampliación. En 2005 de nuevo cierra sus puertas, pero en esta ocasión emprende un proceso de transformación, diseño a cargo del arquitecto mexicano Enrique Norten. La reinauguración tuvo lugar el 18 de mayo de 2010, un nuevo museo que cuenta con una instalaciones más aptas tecnológicamente y logra el principal objetivo de funcionalidad en sus espacios.
Kiosco Morisco
El Kiosco fue diseñado por el Ingeniero José Ramón Ibarrola con dos propósitos, el primero que sirviera como un adorno arquitectónico para la exposición universal de 1884 – 1885 misma que se llevaría a cabo en la Ciudad de México, para que después adornará la Feria de St. Louis en Missiouri en 1904. La estructura fue construida casi completamente por hierro, y según se cree, fundida en Pittsburgh, en los hornos pertenecientes al empresario Andrew Carneige, quien tenía una relación muy estrecha con Ibarrola. El monumento regresó a México a principios del S. XX, después de haber cumplido con sus propósitos. Se instaló en la Alameda Central del Centro Histórico, y permaneció allí hasta 1910, año en el que Porfirio Díaz festejó el centenario de la Independencia de nuestro país, celebración que provocó la construcción del Hemiciclo a Juárez pieza que reemplazó al kiosco. Por petición de los habitantes de la nueva colonia, Santa María La Ribera, el Kiosco Morisco fue trasladado a donde se encuentra actualmente, y así se transformó en el símbolo arquitectónico de este lugar. El Kiosco Morisco lleva ese nombre debido a la semejanza que tiene con la arquitectura islámica o mora; su énfasis en los arcos, la cúpula, las columnas, y sobre todo los detalles en las paredes, recuerdan a los edificios más famosos de medio oriente. Conforme ha pasado el tiempo, la edificación ha ido perdiendo piezas, como lo fueron los vitrales con los que fue construido, y el azulejo rosa que estaba a la entrada, además de que el piso de duela ha sido reemplazado varias veces.
Museo de geologia de la UNAM
Su construcción se realizó de 1901 a 1906 en estilo renacentista, siendo su autor el arquitecto Carlos Herrera López; en la obra arquitectónica se utilizó la cantera traída de Los Remedios y en la imponente fachada destacan elementos decorativos a base de figuras con temas paleontológicos, botánicos y zoológicos labrados en alto y bajo relieves. Aunque la imagen exterior del conjunto es majestuosa, el interior no desmerece en suntuosidad ya que las puertas de acceso son de cedro labrado con cristales biselados, el piso del vestíbulo es una maravillosa alfombra hecha con mosaicos venecianos y la escalera es un ejemplar único y hermoso del estilo art nouveau. El museo reúne colecciones de minerales, rocas y fósiles distribuidos en ocho salas, exhibiéndose en la principal un esqueleto de mamut. En la planta alta se exponen diez cuadros de gran formato de José María Velasco que ilustran las eras geológicas, y varios dibujos del Doctor Atl con el tema de la erupción del volcán Paricutín.
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